Qué es la ansiedad

La ansiedad forma parte de la condición humana y sirve para afrontar situaciones de peligro o riesgo. Sin embargo, cuando es demasiado intensa, se convierte en una fuente de sufrimiento que es necesario controlar.

La ansiedad forma parte de los estados emocionales de los seres humanos. Cuando percibimos una amenaza, sea real o imaginaria, nuestra mente reacciona para permitirnos hacer frente a esa situación difícil. No obstante, puede convertirse en patológica cuando no está asociada a un mecanismo de defensa y se prolonga en el tiempo sin estar expuestos a ningún peligro, afectando a todos los aspectos de la vida.

Esta angustia, parecida al miedo, es percibida desde dentro de la actividad psíquica de la persona, llegando a sentirse con una expresión exarcebada, siendo así cuando es considerada como un trastorno por la psiquiatría europea.

Los pensamientos de catástrofes o tragedias venideras –ansiedad anticipatoria– y la baja tolerancia a la frustración y al sentimiento de dolor han incrementado la incidencia de la ansiedad en las sociedades desarrolladas, facilitando que se esté extendiendo entre los jóvenes.

Cómo nos afecta el trastorno de ansiedad

El trastorno de ansiedad generalizada es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes; siendo más frecuente en mujeres y está relacionado con el estrés ambiental crónico. En personas de mayor edad existe una mayor prevalencia de ansiedad grave. Hay una asociación con el extracto social, existiendo una mayor incidencia sobre la población con bajos niveles socioeconómicos.

El síntoma que los pacientes refieren como “sentirse nervioso” es el de mayor frecuencia y gravedad, seguido por “sentirse irritado”, mientras que en las mujeres los son más habituales los ataques de pánico. En el plano físico, la tensión muscular que deriva en dolores de espalda y cuello y las cefaleas son las afecciones comunes, seguidas por cansancio o debilidad sin causa aparente. También es habitual el tener problemas para conciliar o mantener el sueño.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre el 5 y el 10% de la población sufre ansiedad, con mayor incidencia en las mujeres. Y la prevalencia de ansiedad por zona geográfica muestra una relación positiva con las áreas más densamente pobladas o de mayor conflicto armado; con una edad de inicio entre los veinte y los treinta años, pero con síntomas que cada vez aparecen a edades más tempranas.

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